sábado, 7 de noviembre de 2009

MI AVENTURA DE SER DOCENTE

Mi aventura de ser docente inicia salir de la preparatoria. Contagiado por la emoción de ingresar a la Universidad, solicite ficha para la carrera de médico. Sin embargo, la situación económica por la que atravesaba y el apoyo del Director de la escuela donde estudié la secundaria, que por cierto era sacerdote: El Padre Elías, me motivó a estudiar la escuela normal. Parece ser que mi vocación como maestro viene precisamente desde esa época, ya que fue alfabetizador de Adultos mientras estudiaba la secundaria. El reto fue, estudiar y trabajar.
A muchos años de distancia, para mi es muy gratificante ver que muchas generaciones reconoce el trabajo realizado, con expresiones como ¡Maestro!, ¡Usted me dio clases¡ ¿Se acuerda de mi?, etc.
Es la experiencia que tengo como docente, la que me hace declarar que es el trabajo que día a día se hace en el salón de clases el que forja el carácter del verdadero maestro, pues es el contacto con los alumnos, lo que nos permite definir nuestro perfil, toda vez que nos encontramos con un sinnúmero de personas de diferentes niveles socioeconómicos y valores, que dicho sea de paso, están en crisis.
Un día común y corriente de clases, que tendría que ser como el primero, inicia con el pase de lista. Introducción al tema, vinculación de lo estudiado con el objetivo que se pretende alcanzar, preguntas, respuestas, etc.
Al final, la recompensa, saber que has contribuido en la formación de un ser humano, que a la postre, te lo agradecerá.

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